Archivos de historia del movimiento obrero y la izquierda, nº 26
septiembre 2024 - febrero 2025
ISSN 2313-9749
Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y las Izquierdas

Rodolfo Laufer, La CGT clasista de Salta. Radicalización obrera y peronismo revolucionario en la Salta de los años 70,
Buenos Aires, Grupo Universitario Editor, 2024, 129 pgs.


José Barraza

Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad,
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Centro de Estudios Históricos de los Trabajadores y las Izquierdas
Córdoba, Argentina
barrazajosealberto@gmail.com
ORCID: 0000-0002-0374-7391

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La CGT clasista de Salta, el libro de Rodolfo Laufer, historiador y becario posdoctoral de Conicet, condensa las elaboraciones del autor en los últimos años sobre la radicalización política del movimiento obrero argentino y sus vínculos con las organizaciones partidarias, especialmente aquellas que bregaron por el socialismo. Si bien gran parte de su investigación se concentró en la intervención de los obreros cordobeses, el escrito de Laufer analiza el proceso de radicalización y combatividad de los trabajadores rurales y agroindustriales salteños a mediados de 1973, cuyo punto más álgido fue la recuperación de la CGT salteña el 15 de junio. La presente obra posee la virtud de promover el intercambio con una serie de obras historiográficas en torno al surgimiento del clasismo, principalmente la investigación pionera de James Brennan. Para el historiador norteamericano esta corriente estuvo circunscripta a la provincia de Córdoba, particularmente a su proletariado industrial. Así, su escrito abrió una serie de interrogantes que las producciones académicas han buscado subsanar. Nos referimos a la existencia o no de otras expresiones sindicales radicalizadas de la clase trabajadora más allá del territorio cordobés. Del mismo modo, la presencia de diversas fuerzas políticas que actuaron en el escenario histórico y les otorgaron una cierta identidad a las luchas sociales del período.

La propuesta del libro consiste en articular la irrupción obrera salteña dentro de un escenario nacional dominado por la represión de las bandas parapoliciales y los sectores peronistas ortodoxos, un antecedente del golpe militar de 1976. Su trabajo se compone de tres capítulos que combinan la descripción y el análisis. El primero aborda el contexto histórico que dio lugar al surgimiento del sindicalismo clasista a nivel nacional. Continúa con la indagación de las características socioeconómicas de la provincia norteña, haciendo hincapié en la reconstrucción histórica de su movimiento obrero, cuya combatividad se remontaría al período de la resistencia peronista al Golpe militar de 1955. En este capítulo, se destaca al Salteñazo (1969) y el Animanazo (1972) como dos antecedentes que prepararon el terreno para la conquista de la CGT local en manos de los trabajadores. Este proceso, impulsado principalmente por los sectores rurales, agroindustriales y servicios públicos, nos invita nuevamente a repensar aquella vertiente de investigación “cordobesista” en torno a los orígenes del clasismo, en pos de un análisis nacional, pero sin dejar de lado las peculiaridades del caso salteño.

Por último, en su tercer capítulo se explora el período de la “ofensiva obrera”, que se reflejó en la movilización reivindicativa, la intervención asamblearia, las ocupaciones de las sedes sindicales, la construcción de nuevos gremios, la elección de nuevas autoridades o comisiones provisorias y la recuperación de la central. Desde el punto de vista del autor, este fenómeno fue el resultado de un largo y complejo proceso antiburocrático y combativo que se gestó a mediados de la década del 50 contra la dictadura militar y los sectores empresariales. Aquí, podemos encontrar un segundo diálogo con investigaciones previas referidas a la experiencia clasista cordobesa. Estas subrayaron que el factor distintivo de la radicalización obrera y la constitución del clasismo en los 70 fue la reacción espontánea de sus bases ante la intransigencia patronal y la complicidad sindical en sus lugares de trabajo. De hecho, esta visión deja en un segundo plano su intercambio con otros actores sociales (las agrupaciones de izquierda, por ejemplo) que, con distintos grados de inserción, desplegaron su actividad dentro y fuera de los lugares de trabajo.

Otro aporte que no debe dejarse de lado se encuentra en el acervo documental para respaldar uno de los objetivos planteados por el autor: las interacciones entre los trabajadores, sus organizaciones gremiales y partidarias, particularmente aquellas pertenecientes al campo de la izquierda peronista y marxista-leninista, que permiten concebir al clasismo como un fenómeno político heterogéneo que abarcó a una importante fracción de la clase obrera salteña. De este modo, la intervención del Frente Revolucionario Peronista (FRP), Vanguardia Comunista (VC) o el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) tuvo una significativa incidencia en la configuración del sindicalismo clasista salteño, al potenciar la recuperación de los organismos gremiales, la movilización reivindicativa y las prácticas políticas dentro de los establecimientos laborales. Por lo tanto, el libro coloca en tensión aquella tesis defendida por autores como Daniel James y James Brennan que sostiene que el fenómeno clasista fue una expresión circunscripta a aquellos dirigentes sindicales referenciados en la izquierda radicalizada que intervenían sobre una masa trabajadora que era invariablemente peronista.

Por otra parte, el autor indica la importancia del intercambio entre los trabajadores y los partidos políticos de izquierda en las formulaciones programáticas de la CGT salteña, en el marco de las discusiones al interior de la izquierda peronista. Se destaca la actividad del FRP, la principal fuerza política de la provincia, cuya actividad ocupó un lugar más que significativo tanto en el plano gremial como en la interna peronista local. La adhesión en favor de temas estratégicos y programáticos, como la liberación nacional y el socialismo, presentaba la constitución de un proyecto alternativo que se colocaba en tensión con el gobierno provincial de Mario Ragone y Olivio Ríos, afín a las ideas de la izquierda peronista, e incluso con la figura de Juan Domingo Perón. Por lo tanto, en el libro podemos visualizar los enfrentamientos dentro del movimiento que se reflejó en la persecución y represión de los activistas y referentes sindicales en mano de los sectores ortodoxos apoyados por el gobierno nacional desde finales de 1973.

A pesar de la limitación de no profundizar acerca de las diversas experiencias sindicales que dieron sustento a la central obrera, el libro abre la puerta para continuar con su estudio junto a las trayectorias de los principales dirigentes y activistas gremiales como Armando Jaime, Juan Carlos Salomón, César Gutiérrez, Óscar Rodríguez, entre otros. Sin lugar a dudas, La CGT clasista de Salta constituye un aporte para el debate académico y militante en torno a los orígenes del clasismo y su extensión territorial y temporal en Argentina. También, es una contribución para aquellos que investigamos la historia de los trabajadores a partir de sus vínculos con los partidos políticos, en este caso con las organizaciones de izquierda. Un factor que no debe ser soslayado al momento de recorrer el efervescente período que caracterizó a las décadas de los 60 y 70.